lunes, 27 de julio de 2015

¿Desde cuando la sociedad se volvió tan frívola, superficial y manipuladora?

Estamos tan acostumbrados a ser lastimados que ya cuando nos vuelven a romper el corazón es como "meh, no es la primera ni a ultima ve que me pasa"... pero ¿que pasa cuando nuestro temor de volver a pasar por lo mismo se apodera de nosotros y nos hace querer alejarnos de alguien que te hace feliz? Últimamente cuando me gusta alguien y esa persona me rechaza o me patea a los pocos días no me interesa, después de todo pase por un corazón roto tan fuerte que todos los demás son
solo pequeños golpes... pero hay ocasiones en las que si pierdo el control. A veces siento que he olvidado lo que se siente que te guste alguien y ser correspondido, pero correspondido de verdad. No solo cuando te dicen palabras vacías, si no cuando rellenan sus palabras con acciones maravillosas que solo te hacen temer y pensar "¿Para que intentarlo si ya se como va a terminar?" "Este si me va a doler, mejor me alejo antes que pase" "¿Estará diciendo la verdad o solo querrá meterse en mis pantalones?"

¿Que es mejor: Cuando te demuestra con palabras y acciones que le interesas pero se mueve lento y cauteloso para no asustarte o cuando te dice cualquier bobada con claras intenciones de moverse rápido y terminar en tus calzones? Hace tanto tiempo que la primera opción no es vista tan seguido que la verdad es que lo primero que le viene a la cabeza a la mayoría de las personas es que la probabilidad de que sea gay es inmensa mientras que la segunda opción es mas "normal" y se ha vuelto el pan de cada día... pero eso es algo que la sociedad nos ha metido en la cabeza.

¿Desde cuando la sociedad se volvió tan frívola, superficial y manipuladora? Peor aun ¿Desde cuando dejamos que nos controle?

La respuesta es sencilla: No lo sabemos, ¿ La solución? Tomar las riendas de tu vida sin importar el rumbo en el que la sociedad este marchando.

sábado, 11 de julio de 2015

Esa clase de amor

¿Alguna vez han tenido un gran amor? Un amor tan poderoso que te causa insomnio; tan salvaje que te deja sin aliento; tan grande y misterioso como el universo mismo; tan inalcanzable como nadar entre las estrellas; tan imposible que te deja seca... esa clase de amor. Ese por el que nos desvelamos perdiéndonos en nuestra propia imaginación; ese por el que nuestro Shakespeare interior sale a relu