lunes, 21 de abril de 2014

El tiempo de Dios es perfecto.





Es increíble como la vida da vuelcos tan inesperados. Un día estas sufriendo por un mal de amores, falta de dinero, o cualquier otra cosa… y al siguiente te encuentras  con tu alma gemela o eres millonario. Me hace pensar en todas las lágrimas que hemos desperdiciado llorando por alguien o algo que no valía la pena cuando en un abrir y cerrar de ojos nos espera algo maravilloso.


Creo que en definitiva el tiempo de Dios es perfecto porque estoy pasando por uno de esos momentos maravillosos que te da la vida. Puede no ser eterno, porque si algo hemos aprendido con el pasar de los años es que nada es para siempre, pero dure el tiempo que dure se que seguiré creyendo firmemente en que, por mucho dolor que esté pasando, pronto un momento maravilloso volverá a darle luz a mi vida.

Sumergirse en la tristeza y la soledad solo hace que ese sufrimiento perdure más y a tu felicidad se le dificulte encontrar tu camino. A veces nos pasamos tanto tiempo lamentándonos del pasado que no nos damos cuenta de que la felicidad ya ha llamado a nuestra puerta, debemos aprender a abrir los ojos y a aceptar que la vida tiene momentos buenos como tiene momentos malos… si no lo aceptamos esos momentos malos serán eternos y los momentos buenos solo duraran un suspiro o un parpadeo.

Me gusta pensar que la vida es como un largo camino, como el camino amarillo del Mago de Oz, pero este se encuentra repleto de desvíos, la mayoría sin señal de a donde lleva. Algunos con bonitos paisajes, algunos otros lúgubres…  esta en nosotros el decidir qué camino tomar. Nos toparemos con infinidades de personas que caminaran con nosotros, otros que nos retrasaran, más sin embargo esta en ti el seguir adelante.

No todos los caminos feos tienen por qué ser malos para las personas, en la Bella y la Bestia el camino que el padre de Bella decide tomar es feo y tenebroso, ¿A dónde lo llevo eso? A su perdición, la eternidad en un calabozo… ¿A dónde llevo a Bella? Con su destino, su felicidad, su verdadero amor. Es cuestión de fe y confianza y polvo de hadas.

¿Significa eso que el camino donde nos fue mal a nosotros puede ser la felicidad para otro?

Yo creo que sí.




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